Las
doce y media del mediodía.
Domingo.
Lauren
hablando con alguien que salía a pasear.
Un
despertador que no paraba de sonar.
Y
una resaca de la hostia.
_Joder...
-Murmuré, aplastando la almohada sobre mi cara. Abrí un ojo,
quitándome de encima la almohada, y dejé caer mi mano contra ese
maldito ruido. Cinco minutos y volvió a sonar, obligándome a
levantarme. Me desperecé cual oso y cogí mi móvil. 5 llamadas
perdidas de Abbigail, y 7 mensajes. Abrí los ojos como platos y me
senté en la cama, abriendo mensaje por mensaje cada uno de los que
me había mandado.
De
Abbigail
¿Dónde
estás? ¿Dónde te ha llevado?
De
Abbigail
Rouse,
exijo una respuesta.
De
Abbigail
¿Te
ha besado?
De
Abbigail
¿No
me contestas porque te lo estás tirando? Si es así pararé.
Levanté
una ceja, aguantando la risa.
De
Abbigail
¿Ya?
De
Abbigail
Que
sepas que ahora mismo te odio mucho bastante demasiado muy.
De
Abbigail
Vale,
no me contestes, ya me lo imagino yo.
P.D:
Eres una zorra.
Estallé
en carcajadas recordando la noche anterior, al mismo tiempo que
dejaba el móvil justo a mi lado y me tiraba de nuevo en la cama cual
marmota. Cerré los ojos y suspiré.
Un
flash. Y imágenes en mi cabeza.
_Aham,
conduce...
_Rouse...
_¿Qué
ocurre? ¿Es que no sabes conducir? -Mordí mi labio.
_No
puedo conducir si haces eso. Puntos débiles.
_Puntos
débiles... -Reí, soltando una pequeña carcajada. Marshall suspiró
con fuerza y volvió a arrancar el coche, pestañeando una y otra
vez, mordisqueando su labio cada 200 metros.
Calle
Warrighter, veinte metros de mi casa.
Reducción
de la velocidad.
Latidos
enervados.
Cada
vez más rápidos...
_Bueno,
pues... Volveremos a vernos, supongo. -Aclaró su garganta.
_No
veo la hora de volver a hacer una de esas cenas de clase. -Bajé mi
mirada, tímida.
Bipolar.
_¿Es
aquí, no? -Preguntó, alzando su vista al frente.
_Sí,
sí, es esa casa de allí. -Señalé. Él asintió con su cabeza.
_¿Estás
bien, Rouse?
_¿Cómo?
-Entrecerré los ojos, sorprendida por la pregunta.
_Se
que tu chico no lo está.
Boom.
Recuerdos.
Dolor.
Ánimo
cabizbajo.
Diez
segundos.
Silencio.
_Rouse...
-Su voz, apenas audible, volvió a colarse entre mis pensamientos. -
Sea lo que sea que haya ocurrido, lo siento. Lo siento de veras.
Alguien como tú no debería llorar a menos que no fuese de
felicidad. -Su mano recorrió mi brazo. Cerré con fuerza mis
parpados, intentando ahogar esa lágrima que batallaba por salir.
_Tranquila...
-Susurró. Y pude notar como sonreía. Su brazo rodeó mis hombros,
acercándome a él. Apoyé mi cabeza en su hombro, tratando de
esconder así mi rostro. Dos, tres, cinco segundos.
_Es
mejor que me vaya. -Murmuré, tratando de deshacerme de aquella
posición, que mentiría si dijese que no había calmado toda la
tormenta que se había formado en mi interior. Sacudí mi cabeza,
dejando escapar un pequeño suspiro antes de que nuestras miradas
volvieran a encontrarse. -Gracias por haberme acercado.
_Un
placer señorita. -Sonrió, volviendo a desbarajustar todo mi
interior, sacando de nuevo la picardía que todos llevamos dentro.
Sentí como sus húmedos labios rozaron los míos unas décimas de
segundo antes de depositar un beso en cada una de sus mejillas,
extremadamente cerca de algo que ambos sabíamos que no sería en
absoluto, bueno.
Volví
a sentarme en la cama, ocultando mi rostro bajo unas manos cómplices
del deseo, ocultando una risa nerviosa y un cosquilleo en el estómago
que me revelaba de nuevo los efectos secundarios de esa droga a la
que la sociedad suele llamar límite, adrenalina, peligro.
O..,
locura.
Reí,
y todo en mi cabeza retumbó, causando una mueca de dolor en mi
rostro y mi cuerpo, decidido a ir en busca de algo mágico que se
llevase todo ese malestar.
_Rouse...
-Su débil voz, inconfundible, acortó mi paso, recordándome lo
cruel que había sido anoche con ella. Ladeé mi cabeza para observar
la figura de la mujer que me dio la vida. Ahora, su sonrisa ya no
brillaba. Sus manos entrelazadas pedían algo que no fui capaz de
descifrar. El brillo de sus ojos ya no era el mismo. Una cara que
exclamaba preocupación, miedo. Ojos hundidos en bolsas que mostraban
lo poco que había dormido. Un pinchazo que atravesó mi corazón de
lado a lado. -Ya estás despierta. -Afirmó. Cerró los ojos,
sintiéndose más estúpida por momentos. Rió, nerviosa, acercándose
a mí.
_Sí.
_¿Dónde
fuiste anoche? Era.. era tan tarde. -Susurró.
_Salí
con unos amigos. -Una voz tajante que cortó la conversación por
unos segundos.
_¿A
qué hora volviste? ¿Por qué fuiste sola? ¿Quien te acompañó?
-Cada frase era un paso que se acercaba más a mi persona.
_Mamá.
-Mi expresión, fría, molesta, hizo que diese dos pasos hacia atrás,
haciéndome sentir peor de lo que nunca me había sentido. Fruncí el
ceño. -¿Qué te pasa?
_Solo
quería saber si estabas bien. -Su mano fue a parar a su boca,
ocultando gran parte de su cara. Sus ojos se hacían cada vez más
pequeños.
_¿Estás
llorando? -Entrecerré de nuevo los ojos, acercándome a ella. Negó.
Mintió. - ¿Por qué?
_He
pasado tanto miedo. -Dejó escapar un pequeño sollozo que intentó
volver a callar con su silencio. - Anoche no supe quién eras. -Cogió
aire, intentando de nuevo y fallidamente ocultar su dolor. - Te
miraba y no te reconocía. Tus palabras, tus gestos. Hija, se que tu
mente está ahora mismo en otra parte. -Su nariz taponada resonó por
toda la sala. - Pero te prometo que yo no puedo hacer más de lo que
hago. Yo.., yo intento. Yo te juro que lo intento pero no puedo más.
Hace semanas que no duermo. Hace semanas que no me apetece ni
siquiera comer. Hacía tres semanas que no te escuchaba hablar. Tus
ojos ya no son los ojos de mi niña. -Click- Ahora ya no se quién
eres. Jamás me habías empujado. Jamás te habías escapado. Jamás
habías hablado así. -Se acercó, quedando a unos centímetros de mi
rostro. -¿Qué te está pasando?
Ocho,
quince segundos.
Perdí
la cuenta.
_Parafernalias.
-Escupí, dándome la vuelta- Mamá yo ya no soy una maldita niña.
-Mi tono de voz se elevó.
_Pero
yo..-
_¿Pero
tú? ¿Qué? ¿Pero tú, qué? Nada. Tú, nada. Tú nunca has estado
en mi lugar.
Y
cada palabra parecía un látigo.
_Es
por él, ¿verdad? Él te está cambiando.
_¡Justin
no tiene nada que ver! -Grité, a centímetros de su rostro.
Arrepintiéndome en cuestión de milésimas. Sus ojos temblorosos se
clavaron en los míos. Suspiré. -Lo siento...- Murmuré cabizbaja
antes de ver como subía las escaleras, desapareciendo ante mis ojos.
Un
suspiro,
dos.
Sentimientos
de culpabilidad.
Aire
fresco.
Su
ventana.
Y
su recuerdo.
Hospital
St. Agoves, 7:41 PM.
Hacía
un mes desde que vi sus ojos por última vez. Desde que su mano tocó
la mía. Desde que una palabra salió de su boca, clavándose en mí.
Un
mes en descenso, tras conocer la altura máxima que mi cuerpo había
experimentado hasta ese día. Empezaba a confundir el sonido de su
risa en todas partes. Mi cabeza daba vueltas y vueltas cada vez que
mis ojos insistían en verle tras aquellas cortinas.
Mi
cuerpo, cada vez más frágil, más débil, le extrañaba cada vez
más, a cada segundo que pasaba.
Una
madre que lloraba, una hija que sufría.
Un
corazón que gritaba un nombre del que no obtendría una respuesta.
Un
sueño que se cumplió, y que a día de hoy, comenzaba a esfumarse
con el viento.
Y
con mi propia vida.
Unos
brazos que me dieron fuerza.
Un
amor, un verano.
Una
ilusión.
Una
ilusión que se desvanecía con el tiempo.
Una
bocanada de aire entró en mis pulmones antes de entrar de nuevo en
aquel hospital.
Una
bocanada de aire que volví a necesitar al escuchar que él ya no
estaba allí.
Que
se había ido.
Que
vivía. Que estaba vivo.
Que
salió por su propio pie.
Que
hacía una semana que había abandonado el lugar.
¿Imposible?
Lo pensé.
¿Mentira?
Dudé.
¿Realidad?
Me chocó. Eso fue lo que realmente me chocó.
Un
número que comunicaba.
Un
corazón que latía desbocado, y una llamada que sonaba en mi
bolsillo.
Dos,
tres veces.
Sin
fuerza alguna para querer contestar.
Obligada
sin más a hacerlo.
+Vuelve
a casa ahora mismo.
.
. .
-No.
+Rouse,
tienes que venir de inmediato.
.
. .
-No.
+La
policía te está buscando.
BOOM.
*
*
*
*
Y como prometí, aquí tenéis el segundo trailer de la novela. ♥
Y como dije que tenía una sorpresa, es cierto.
Y la sorpresa es para una de mis lectoras.
Demasiado fuerte, demasiado increíble.
Muchos no la conoceréis.
Que sí. Que pienso tragarme 10 horas de viaje. Que pienso ir a verte. A tu ciudad. A tu pueblo.
Que ese abrazo va a hacerse realidad.
Nos vemos muy, muy pronto pequeña.
Os quiero más que a nada princesitas.
Como siempre, aquí tenéis, por favor dad RT a este tweet si habéis leído el capítulo: Click aquí ♥
Al del trailer si sois tan amables y bonitas: Click aquí ♥
Mi twitter: @xMrsBelieve
Mi ask: ask.fm/xMrsBelieve
Nunca olvideis que sois el motivo de mi sonrisa.
Dioooooossss, alksflaksjasd. Me encanta. Siguela pronto<3.
ResponderEliminarEnserio, cada capítulo me engancho más. Espero que nunca acabes esta novela, porque es super genial. Nunca había visto una novela como la tuya.
ResponderEliminarSiguiente cuanto antes <3
Holaaa(:
ResponderEliminarMi prima me acaba de decir que leyera tu blog, bueno hace ya algo asi de una hora. Que decirte cielo, pues que es JODIDAMENTE PERFECTO. Mee encantaa <3
No soy una belieber como tal, pero mi hermana me esta haciendo poco a poco jaja
Sigue asi, es genial. No parees booniita
Te queria hacer una proposicion, a lo mejor no tienes tiempo, pero si pudieras pasarte por mi novela, y suscribirte (ya seria mucho pedir que la recomendaras, pero si pudieras..) me harias la chica mas feliz del mundo. Bueno ya no me enrrollo mas, este es mi blog: (es de 1D) http://mividaperfectaonedirection.blogspot.com.es/
Muchas GRACIAS y CONTINUA que quiero leer el siguiente.
UN BESAAZOO GUAPAA (:
Es hermosa, síguela pronto por favor!!!
ResponderEliminarWwwwwowwww ame el trailer, escribes muy bien
ResponderEliminar