Me
despertó el sonido de mi alarma a las 16:45, y un escalofrío apretó
mi estómago sabiendo que en una hora estaría a su lado. Yo, como
belieber, como nueva conocida. Él, como la jodida razón de mi vida.
Me
desperecé haciendo un gran ruido y reí por lo bajo. Mama todavía
no había llegado. Lo sabía porque de lo contrario, me habría
tirado alguna zapatilla a la cabeza. Odia que haga eso como un oso.
Me dirigí a mi habitación y cogí un pantalón corto y una camiseta
de manga caída con unas sencillas zapatillas negras, a juego con la
camiseta. Ropa interior, y a la ducha. Una ducha de unos quince
minutos, rápida para mí, que solía dormirme en los laureles y
darme cuenta una hora después con mamá aporreando la puerta.
Coloqué mi ropa en el cesto y dejé que el agua cayese sobre mí
durante unos dos minutos, sonriendo como una tonta ante todo lo que
estaba sucediendo en mi vida tan poco tiempo. Justin, Jack, Abbigail,
esas niñas de mamá, ese nuevo instituto, esa ventana, esa guitarra,
Jota. Esos nervios constantes en mi estomago y esa lengua mojándose
sus propios labios antes de hablar que me producía un escalofrío
incontrolable que erizaba todas y cada una de las partes de mi piel.
Su voz, ese olor a perfección y a hombre que irradiaba su abrazo y
su calor. Siempre soñé con decirle tantas cosas, que ahora no tengo
el valor de decir. Tantas veces preparé toda esa retahila de cosas
por decirle, que ahora no me salen. Se chocan unas con otras
queriendo salir todas a la vez. Mi mente está en blanco, pero mis
labios susurran un “gracias por existir, y gracias por todo lo que
me has hecho sentir en estos años”.
Salgo
de la ducha con el aroma de mi champú favorito y mi cabello comienza
a ondularse levemente. Seca, me visto, doy unas cuantas vueltas, me
peino y demás detalles, y bajo al jardín a respirar el aire puro
que rodea nuestra bella zona con una bolsita llena de palomitas. Doy
unos cuantos pasos y miro la hora. 17:50. Faltaban diez eternos
minutos para volver a engancharme de sus ojos., y no podía aguantar
más.
_Chss,
chss. -Escucho detrás de mí. Me giro, más no veo a nadie. Una
risa. -Más arriba. -Levanto la vista. Sigo sin verle. Se que es él
y me impaciento. -A la izquierda tonta.
BOOM.
Tonta. Estúpida palabra que suena jodidamente dulce en
sus labios.
Y
le veo. Con su pelo hecho un lío, con un camiseta negra en pico, de
manga corta, y hasta ahí me lo permite la vista. Sonrío como una
completa estúpida, y no se cuanto tiempo paso así, pero sus manos
comienzan a moverse en símbolo de atención. ¿El tomate? Pues yo
estaba más sonrojada todavía.
_Ah,
eh. Joder. -Susurro, inaudible.- ¡Hola! -Él se queda callado,
mirándome fijamente con tres pestañeos por segundo antes de
estallar en risas. Yo también me he dado cuenta de lo estúpida que
acabo de parecer.
_¿Qué
haces ahí sola? -Se rasca la nuca y bosteza. Hace poco que se ha
despertado. Y no sé exactamente si de la siesta, o que todavía no
había ni comido.
-Esperar
a que el tiempo pase, y volver a tenerte cerca- Pienso.
_Tomando
el aire, es precioso aquello. -Con una sonrisa señalo allí a lo
lejos, el sol reflejado en el mar. -Parece tan débil allí. Un
solo golpe puede tambalear aquello que nos mantiene vivos. Como una
piedra en medio del océano. Si la tiras justo allí en medio, el Sol
desaparecerá por unos segundos, a pesar de ser él el causante de
que ahora mismo estemos vivos. -Bajo mi mirada en un suspiro, y
vuelvo a mirarle. Tiene la cabeza ladeada y los labios curvados hacia
la izquierda. Me observa con dulzura.
_Qué
profundo eso que has dicho, ¿no? Es la primera vez que lo escucho.
-Mira allí donde segundos antes, yo le había señalado. -Es
realmente bonito, sí. ¿Quieres pasar? No voy a dejarte aquí fuera
cinco miseros minutos. -Y suelta una carcajada de un segundo para
volver a mirarme fijamente. Si fuese otra persona, eso me
incomodaría. Viniendo de él, tan solo produce que mi corazón vaya
a más de 300 pulsaciones por minuto.
Le
sonrío y sin contestar, me levanto de un saltito y me dirijo a su
puerta, tocando el timbre con felicidad. Le escucho reír y momentos
después un “¡Voooy!” seguido de unos pasos rapidos y
algo parecido a un golpe.
Me
preocupo.
Abre
la puerta.
_¿Justin?
-Me mira, con la mano en la espalda y los labios tensos. No contesta.
La expresión de su cara es demasiado graciosa y no puedo aguantar la
risa más de tres segundos. ¿Te acabas de caer? -Afirma, igual de
tenso, ahora aguantando la risa. Rompo a reír de una forma que pocas
personas conocían, pues pocas personas realmente me habían
escuchado reír de corazón. Pero era totalmente inevitable que él
me sacase una sonrisa.
_Au.
-Dice, por fin. Se une a mis risas. - Anda, pasa. -Me abre la puerta
del todo, indicándome el paso con su mano, abierta. Me paro a unos
cuantos pasos, cerrando los ojos y suspirando profundamente. Le
necesito. Quiero volver a abrazarle. Pero esta vez no quiero
separarme hasta que mi corazón deje de latir.
_¿Qué
ocurre? -Su cabeza se asoma por detrás de mi hombro. Me giro
rápidamente. Le miro a los ojos y él se da cuenta de lo que pasa.
Suspiro temblorosa, y siento como se humedecen los ojos. _Oh... -Alza
las cejas, con dulzura. -Oye, no. No llores. Tranquila Rouse. -Abre
sus brazos y me abraza con fuerza. En ese momento, no escucho
absolutamente nada más. Cierro los ojos y le aprieto contra mí,
cogiendo una gran bocanada de aire. Mis lágrimas mojan su camiseta,
y yo me siento culpable. Levanto la cabeza, queriendo quitarlas, pero
él no me deja. -Eso no importa... - Segundos después, él levanta
su cabeza y me mira tiernamente.
_¿Mejor?
_Yo...,
lo siento, de verdad. -Me sonrojo y me deshago del resto de lágrimas
que no habían desaparecido.
_Para
nada. No es la primera vez que me pasa. -Acaricia mi brazo. -No
tienes nada de lo que preocuparte. -Asiento con la cabeza y bajo la
mirada. - Él sonríe y, cómo si del aire cogiese fuerzas, alza la
voz con entusiasmo. -¿¡He oído palomitas!?
Ambos
reímos al mismo tiempo.
Miro
a mi alrededor, observando su casa. Es realmente bonita.
_Vaya,
es preciosa Justin. -Digo sin parar de mirarla, asombrada. No me
había fijado con detenimiento. Ayer digamos que no tenía ojos para
nada más que él y sus palabras. Nada me parecía más importante
que hacerle saber cuan importante era en mi vida.
_No
solemos venir mucho, la verdad. Vamos de aquí para allá. Pero esta
vez, parece que la estancia dará para mucho tiempo. Hay cosas que
ni mi padre ni yo habíamos previsto que pasaran. -Me mira
fijamente. No supe qué contestar.- Llevamos aquí unos meses, pero a
cada vecino nuevo le decimos que vinimos hace poco, para no levantar
sospechas, ya sabes.
_Vaya...
-Bajo la mirada, nerviosa. Él ríe.
_¿Siempre
eres así? -Pregunta, con una tonta sonrisa en los labios.
_¿Así...como?
-Río.
_Tan
tímida. Tan callada. Tan.. tierna. No sé, tan...
_¿Rara?
-Elevo las cejas. Él sigue con la boca entreabierta.
_Oh
no, no. No quiero decir eso. Es solo qué, bueno. -Tuerce la boca y
me mira. -Solo es que... -Le interrumpo.
_Mírate
Justin. Mírame a mí. ¿Notas eso? -Llevo la mano a mi corazón y le
hago referencia- Lleva apoyándote más de cuatro años. He
soñado tantas veces con el momento que viví ayer que ni siquiera
encuentro las palabras, ¿sabes?
_Cuando
te miro a ti, ¿sabes realmente qué es lo que veo? -Dice serio. Me
asusto, y mi rostro lo refleja. Él calma su expresión, y continua.
-Lucha. Eso es lo que veo. Y que si yo ahora mismo
estoy en este momento a tu lado es porque un día tú quisiste que lo
estuviese. El mérito es vuestro por entregarme el mundo entero
día tras día.
Silencio.
Cabezas cabizbajas.
Sonrisas estúpidas.
Unas escaleras, su
habitación.
Una guitarra, un impresionante MAC, una cama con las
sábanas de un color negro que resaltaba en el blanco de su madera,
una puerta que no sabía adónde llevaba, un pequeño sofá de color
blanco al lado de una pequeña y mona estantería con bastantes
libros, que me llamó la atención.
_¿Te
gusta leer? -Le pregunté, pasando los dedos por encima. Él caminaba
derecho a su MAC, a lo que se giró para observar qué decía.
_Me
gusta cualquier cosa que pueda evadirme del mundo que me rodea por
unos instantes. A todos nos gusta esa sensación de estar dentro de
una historia que no es la tuya, por muy increíble que sea la vida
que tengas. -Entendí. -Siéntate aquí si quieres. -Me señaló su
cama y le hice caso. Era blandita y suave. Reí, pero me callé al
instante, tímida. Él también reía; se había dado cuenta de mi
“interesante” reacción.
_¿Cómo
es tu Twitter, Rouse? -Me llamó.
_¿Eh?
_Tu
Twitter, dímelo.
_Oh...
Ehm... -Me avergoncé. Estaba dedicado a él. - Es @xMrsBelieve.
_-Levantó
una ceja y me miró de reojo, sonriendo dulcemente. - Listo.
Comenzó
a escribir un par de cosas. Siempre sacaba tiempo para sus beliebers.
Era adorable. Cerró la página y se dispuso a poner una película,
que según él, era de comedia y le encantaba. Se sentó a mi lado y
me miró de reojo. Miró las palomitas que llevaba en las manos.
Volvió a mirarme. Silbó distrayéndome y en una décima de segundo,
su mano ya hurgaba la bolsa. Él comenzó a reír y se metió unas
cuantas en la boca, haciendo un gesto de ninja que me hizo reír con
la boca llena, para desgracia mía.
_Nadie
gana la rapidez de Bieber. -Rió y volvió a robarme palomitas. La
película ya había empezando, pero lo cierto es que ninguno de los
dos le estaba haciendo caso.
_¡Oye!
¡Déjame tragar! -Le reñí. Me miró fijamente y elevó sus cejas
varias veces. Lo pillé. Abrí al máximo mis ojos- ¡¡Oh!! ¡Pero
serás guarro! -Le dí un golpe en el hombro.
_Oye,
a Bieber no se le pega. -Me cogió las manos con una de las suyas y
intentó hacerme cosquillas. -Pídeme perdón.
_¡No!
-Comencé a patalear y a reír como una niña, y él disfrutaba
viéndome sufrir, pues tenía la sonrisa más grande que hasta ahora
le había visto.
_¡Disculpate!
Di; lo siento mucho ilustradísimo príncipe Bieber.
_¡No!
-Reía todavía con más fuerza.
_¿No?
-Me soltó las manos y volvió a la cara esta vez con las dos manos a
la vez. -¿Segura? -Se contagió de mi risa.
_¡Para!
_¡Disculpate!
_¡Perdón!
_¿Perdón
qué? -Seguía riendo con fuerza viendo como me revolvía ante sus
cosquillas. La película seguía a su royo paralelo.
_¡Perdón
Bieber!
_¡Príncipe!
Perdón príncipe Bieber. ¡Dilo!
_¡¡JUSTIN!!
-Me levanté de golpe, quedando a centímetros de su rostro. Me
agarró de la cintura fuerte. Le había asustado. Cuando me di cuenta
de lo jodidamente cerca que estaban sus labios de los míos, a apenas
diez centímetros, mi respiración se agitó. Él mojó sus labios y
me miró a los ojos.
_¿Decías?
-Susurró serio. Podía notar su aliento rozar mi cara.
_Lo
siento.
_Príncipe
Bieber.
_Lo
siento, príncipe Bieber. -Le repetí, en el mismo tono.
_Swaggy.
-Susurró. Morí. Volví a nacer. Volví a morir otra vez. Cerré los
ojos y suspiré. Los volví a abrir y el seguía a la misma
distancia. Mis piernas se habían enredado en las suyas como método
de defensa ante las cosquillas. Sonrió.
_Eh,
sí, bueno. -Me separé de él, a pesar de que sus ojos seguían
fijos en los míos de una manera demasiado sexy. -Gracias por
atacarme. -Volvió a reaccionar.
_Gracias
por obedecerme. -Le miré, incrédula. Él rió. -Es broma, es broma.
No te enfades.
En
ese momento se escuchó una puerta. Justin me miró. Parecía
asustado, y yo me asusté todavía más. Seguramente sería Jeremy,
¿qué problema había?
_Me
dijo que no volvería hasta la noche. -Me dijo, bajito.
_¿Pero,
qué pasa? ¿No es tu padre?
_Él,
sí. La que viene con él no. Si sabe quien soy, todo esto se
acabará.
_¿Si
lo sabe quién? ¿El qué? - Justin no paraba de moverse arriba y
abajo de la habitación. Se dirigió al MAC, y lo apagó de golpe.
Miró esa puerta. Fue hacia ella. Volvió. Palomitas, las vio, las
escondió.
_Le
prometí que saldría. No se fía de mí.
_No
entiendo nada.
_No
hace falta. -Me miró a los ojos.
_¿Kevin?
-Gritó el que parecía ser Jeremy.
_¿Kevin?
-Repetí yo.
_Mierda.
-Me agarró del brazo con fuerza y me acercó a él. La cama. La
miró. -Agachate.
_¿¡Cómo!?
-Abrí los ojos, incrédula. -Justin, no entiendo nada. ¿Qué pasa?
¿Por qué te llama Kevin?
_Por
que no viene solo. Rouse, si descubren quién soy y dónde estoy,
¿eres consciente de lo que eso puede significar?
_¿Kevin,
estás en casa? -Los pasos se hacían más próximos. La risa de
una mujer se escuchó. Justin me miró y se puso de rodillas,
estirándome del brazo para que hiciera lo mismo.
_Debajo
de la cama, vamos. -Me hizo pasar a mi primero. Un estornudo. Polvo.
-Shhh. - Me tapó la boca con su mano y se coló debajo de la cama
justo detrás mía, un segundo antes de que Jeremy abriese la puerta.
Su mano seguía en mi boca.
Su
espalda contra la mía.
Su
respiración en mi cuello.
NARRA JUSTIN
Llevaba casi dos
meses en esta pequeña zona de L.A., a pesar de que pasaba algunos
fin de semana fuera de aquí por cuestiones creo, evidentes. He
conocido a todo tipo de personas. Mentiría si dijese que no tuve
nada con nadie. Nadie me conoce como Justin, excepto ella. Ella.
Rouse. Tan solo llevaba aquí menos de una semana y ya me daba la
sensación de haber compartido con ella todo este tiempo. Todos me
llaman Kevin. He notado la mirada fija de muchas personas, y el
cuchicheo de muchas otras. Si dijese mi nombre real, todo acabaría
aquí. Es un regalo el hecho de que aquí no me conozca nadie, la
verdad. La única persona con la que tuvimos problemas yo y mi padre
fue con Shara, una chica que Jeremy conoció hace tiempo.Shara supo
quien era. No hubieron nombres ni D.N.I's falsos que sirvieran.
Prometió que no diría nada a nadie. Mintió. Nos jodió totalmente
la vida en Los Angeles. En menos de una semana habían más de cien
emisoras de radio y televisión alrededor de nuestra casa en la zona
oeste de L.A. ¿Que si se pasa mal? Miles de chicas gritando mi
nombre y llorando por la emoción de tenerme cerca, y saber que en
cuestión de días ya no podría tenerlas junto a mí. No puedo dar
mil abrazos en un día. Ni secar dos mil lágrimas en cuestión de
horas. Y mi mayor deseo es calmarlas una a una, al igual que una a
una, ellas me dedican todo su apoyo cuando más lo necesito. La
palabra “duro” se queda corta ante situaciones como esta. Hace
poco menos de dos meses vinimos a la zona este. Tan tranquila, bella
y soleada. Jeremy y Shara no se olvidaban. Mi padre me estuvo
mintiendo durante un tiempo. Notaba en él una extraña sensación
que nunca había sentido. Muchos findes fuera. Mucha tensión. Su
insistir en que estudiase en casa de algún compañero. Hasta que
supe el porqué. Ella estaba aquí de nuevo.
Hace una semana,
vino ella. Tan dulce, tan tierna, tan bella. La vi el mismo día que
bajaba de aquel taxi. Y desde ese día se mantiene en mi mente
momento tras momento. Mentiría si dijese que no siento miedo. Miedo
a que me vuelvan a traicionar. Miedo a que tenga que volver a rehacer
mi vida en otro sitio lejos de aquí, y lejos de todo lo que me
rodea. Por mucho que vean desde fuera, por dentro también soy
humano. Tengo sentimientos, y sufro. Cojo cariño a las cosas y a las
personas demasiado rápido. Pero se que ella no es como las demás.
Lo vi en sus ojos el primer día que la conocí. Me encapriché de su
voz el primer día que la escuché.
Jeremy cerró la
puerta. Las voces se escuchaban ya lejos.
_Justin... -Susurró
Rouse. - ¿Qué ocurre?
_Se llama Shara. Nos
traicionó hace tiempo. Ella estaba con Jeremy, pero le dijo al mundo
donde estaba yo. El tenerlo todo en sus manos le superó. -Susurré,
cerca de su oído. Su pelo olía realmente bien. -Ahora vive
engañada. Ella piensa que Jeremy vive con su sobrino, un tal Kevin.
No sabe que ese Kevin, soy yo. -Resoplé. Ella tuvo un escalofrío y
lo noté en mi abdomen, justo pegado en su espalda. Sonreí culpable
de aquello. Bajé mi mano a su cintura.
_Q-qué estúpida.
-Se cortó.
_Rouse. -Le llamé.
_¿Hmm?
_Gírate, mírame.
Me estoy tragando tu pelo. -Reí bajito y ella me imitó. Se giró.
Notaba su respiración golpeando mi cara. -Tienes que prometerme una
cosa.
_¿Sí?
_Prometeme que pase
lo que pase, vaya donde vaya, nunca me traicionarás. -Ella intentó
hablar, pero la callé con el dedo índice en sus labios. -Confié en
ti desde el primer día en que te vi. Por favor, no me hagas
arrepentirme. Ni de eso, ni de nada de lo que pase.
_Jamás sería capaz
de hacer eso Justin. Te lo prometo. -Susurró, muy cerca de mí.
Cerré los ojos, y
ruidos comenzaron a escucharse en el silencio de la habitación,
provenientes, obviamente, de la habitación de Jeremy.
_Vaya, no pierden el
tiempo. -Rouse rió bajito.
_¿Quien dijo que
fuese necesario esperar? -Susurré, apenas rozando su nariz con
la mía.
Si has leído este capítulo, por favor, es MUY importante para mí que des retuit a este tweet. Os quiero MUCHÍSIMO. Mil gracias por hacer que este sueño de escribir para vosotras se haga realidad. Para retuitear click aquí ♥
¿No estarán Jeremy y Shara...?jajaja
ResponderEliminarQuiero el siguiente yaa tiaa :D
JAJAJAJAJAJAJAAJAJ creo que estaban ...
EliminarJAJAJAJAJAJA ♥
Ya está el séptimo <3