domingo, 12 de mayo de 2013

♥ El último pétalo ~ Capítulo 15 ♥

Sus brazos aferrados a mí, su respiración en mi oído, mis mano temblorosa buscando la suya, mis ojos cerrados, sin saber exactamente cuando querían volver a la realidad, pero, ¿qué coño? La realidad en este momento era mejor que un jodido sueño.

_He estado soñando contigo todo este tiempo. -Susurró a mi lado.
_Yo también te quiero, ¿sabes? Y más de lo que tú pudieses llegar a imaginar.
_Déjame descubrirlo.
_¿Cómo?
_Quedandote a mi lado. -Click.
_Jamás me iría ahora que te tengo.

Pasaron unos minutos, en un silencio para nada incómodo, cuando caí en la cuenta de que mi madre seguía esperando mi llamada.

_Mierda. -Murmuré, sacando mi móvil. Él me ayudó a asegurarnos a la tierra llana, y comenzó a sonar.

Primer toque.
Segundo.
Ter...

+¿Sí?
-Mami, soy yo. -Justin rió. Me mordí el labio aguantando la risa.
+¡Hola cariño! ¿Qué tal todo? ¿Habeis cenado bien?
-Hola. -Volví a reír. Maldito alcohol
+¿Rouse?
-Ui, sí, sí, perdón. Me había despistado. Todo bien, hemos cenado pizzas. -Justin tapaba su boca con su mano, aguantando la risa.
+Qué rara estás. -Ella bufó. -¿Dónde está Abbigail?
-Está arriba en el baño, poniendose el pijama, ibamos a dormir.
+Está bien, pues, descansad cielo. Yo también estaba acostandome ya, que hoy madrugué.
-Lo sé, que descanses mamá.
+Buenas noches princesita, te quiero.
-Te quiero.

Pip, pip, pip.

_Por los pelos. -Reí. Él sonrió, acercandose a mí. Sin decir una palabra, posó sus labios sobre los míos. Sabían a una extraña mezcla de alcohol y humo. Cuando sus manos comenzaron a perderse entre mi espalda, su móvil sonó. Gruñó entre mis labios.

+¿Sí?
+Sí, dime.
+Con Rouse, en el Taumel -Supuse que así llamaban a este sitio.
+Joder colega, ¿ahora?
+Ese tío es gilipollas.
+¿Como está Gail? -Giré mi cabeza de golpe.
+Vale, sí, está bien, enseguida voy.

_Tengo que marcharme. -Él parecía nervioso.
_¿Qué?¿Por qué? Voy contigo.
_No, no. Espera aquí, enseguida te traigo a Gail contigo. Ocurrió algo con Liam
_¿El qué?
_¿Por qué preguntas tanto? -Su humor cambió.
_Justin, ¿qué pasó?
_Peleas. Y a veces las peleas acaban mal.
_Justin por favor, no te metas. -Mi voz se quebró.
_Es Liam, Rouse. -Me miró fijamente a los ojos.
_Pero...
_Nada de peros, ¿está bien? No va a pasar nada. Confía en mí. -Cogió mi rostro entre sus manos.
_No me dejes sola, por favor. -Mis ojos se humedecieron. Él se mordió los labios.
_Tengo que hacerlo. Solo serán unos minutos, voy a traer a Gail contigo.
_¿Qué vas a hacer?
_Rouse, todavía no sabes como somos realmente. Tan solo confía en mí. -Me besó en los labios, y antes de que pudiese formular otra pregunta, se marchó al trote. A los minutos escuché como su moto rugía. Miré a mi alrededor, sintiendo como mi piel se erizaba por el miedo. Suspiré.

_Ay, ay, ay... -Habló una voz conocida. Di un salto y me giré, con el corazón en un puño, pero seguía sin ver a nadie.
_¿Quien eres? -Grité, dando pasos hacia atrás.
_Mira quien tenemos aquí, tan solita. -Un brazo se aferró a mi cintura, indicándome que estaba justo detrás. Reconocí su perfume. Jack. Cerré mis ojos con fuerza. -¿Dónde está tu querido?
_A ti no te importa. -Solté mi cintura de su agarre con fuerza, comenzando a caminar a paso rapido.
_¿Adónde vas bonita? -Rió sarcastico, erizandome la piel y produciendome escalofrios. No contesté, tan solo caminé más y más rápido. Las ramas y las piedras del camino me dañaban los pies desnudos. -Rouse. -Me llamó como si llamase a un perro. -Rouse ven aquí. -Estalló en carcajadas.
_Que te jodan Jack. Estás borracho.
_¿Y tú no? -Su voz sonó más cerca de lo que pensaba. Volvió a agarrar mi brazo, poniendome esta vez de cara a él, apretandome contra su cuerpo. Y me sentí sucia.
_Sueltame Jack. -Le desafié.
_Vaya, la gatita se revela, eh. -Su mano tocó mi pelo, mientras un forcejeo tenía lugar entre mi cuerpo y el suyo, humedeciendo mis ojos tras la impotencia. -Shhh... -Agarró mi espalda con un brazo y tapó mi boca con su mano restante. Las lágrimas desbordaron mis ojos. -No parecías tan perra cuando quisiste besarme en el instituto. -Volvio a reír. Mi cuerpo hervía ante las ganas de cerrarle la boca de un pueñtazo. Mordí su mano y él gritó, separandose de mí. -¡Jodida perra no vuelvas a hacer eso! -Gritó antes de descargar su rabia contra mí tras un guantazo que tambaleó mi frágil cuerpo y me tendió en el suelo. Mis lágrimas no dejaban de brotar insistentemente. Los sollozos comenzaron a inundar el lugar.
_Eres repugnante. -Escupí a sus pies. Su ira aumentó y se agachó, cogiendo mi brazo.
_¿¡Y tú!? ¿Quien te crees para hacer lo que acabas de hacer? -No contesté. Él me zarandeó. -¿¡Eh!? ¿¡Quien!?-Callé, mirandole a los ojos. -Respondeme cuando te hablo.

_La señorita Beasley. Eso se cree. -Justin apareció, con sus manos en un puño, y detrás de él Gail, con las manos en su boca. El mundo se cayó a mis pies. Jack se giró hipsofacto.
_Kevin, tío, yo...
_Kevin tío yo... -Le replicó Justin. Se acercó a él y le agarró por el cuello de la camiseta. -¿Qué coño estás haciendo cabrón? -Jack se dispuso a contestarle, pero le interrumpió. -¿¡Que cojones estás haciendo con ella!?
_Yo...
_¡Me importa una puta mierda lo que tú pienses! ¿¡Qué quieres, eh!?
_Kevin...
_¿¡Quieres que te mate!? ¿¡Quieres que te vuele la puta cabeza y te tire por ese barranco!? ¿¡Eso quieres hijo de puta, eso quieres!? -Acto seguido descargó su rabia en un puñetazo que fue a parar a la cara de Jack, el cual gruñó con dolor y cayó hacia atrás. Justin volvio a arremeter contra él, esta vez tirandose encima y descargando puñetazos sobre él. Jack retomó fuerzas y se lo devolvió, haciendo que él se quitase de encima. Gail me ayudó a levantarme.

_¡Kevin! -Grité, falsamente. -¡Kevin por favor para! -Sollocé con fuerza mientras Gail tiraba de la camiseta de Jack. Este se le cayó encima, tirando a Abbigail al suelo, cuando Justin volvió a cargar contra él, esta vez contra su nariz, la que resonó fuertemente; estaba rota. Jack chilló de dolor.
_¡Abbigail! -Tiré de ella, levantandola. Justin se disponía a descargar de nuevo contra él. -¡Justin para por favor! ¡Ya basta! -Cuando reaccionó ante su verdadero nombre, mirándo fijamente a Jack, el cual se retorcía en el suelo, restregando su rostro contra el suelo de arena, ramas, y piedras. -Justin... -Susurré.
_¿Justin? -Se confundió Gail. Abrió los ojos con fuerza, llevandose las manos a la boca al darse cuenta de lo que pasaba. Él se levantó, con la mirada fija en Jack, que tragaba tierra una y otra vez, retorciendose. Se acercó a mí, desviando su mirada esta vez a Abbigail. Mis ojos derramaban lágrimas constantes. Gail no sabia que hacer, con sus manos en la boca. Justin me abrazó con fuerza. Sentí como su pecho se contraía. Y su respiración se volvió costosa. Me miró a los ojos.

Mi corazón se partió.
En mil.
Dos mil.
Tres mil doscientos pedazos.
Él lloraba.

_¿Estás bien? -Me besó con fuerza. -Lo siento tanto. -Una lágrima ganó la batalla contra su intento de derribarla. -No volveré a dejarte sola, lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. -Volvió a besarme.
_Justin...
_No volverá a tocarte te lo prometo.
_Justin...
_Lo siento Rouse.
_¡Justin! -Grité. Él abrió mucho los ojos. -Estoy bien, tranquilo. -Vovió a cerrar sus ojos, suspirando. Gail se aproximaba a Jack.
_Ni le toques Gail. -Ella se detuvo en seco.
_Pero... no se mueve. -Mis ojos se abrieron de golpe. Fui a su lado. Justin se arrodilló y puso su mano en su pecho, en su nariz y en su muñeca.
_El hijo de puta está vivo. Dejadlo.

El sonido de una moto sonó. Liam. En unos minutos estaba arriba. Se paró en seco al ver a Jack en el suelo, inmobil, y Justin con los puños llenos de sangre.

_¿Qué coño has hecho tío? -Él corrió a por Jack.
_No, qué coño a hecho él, Liam. -Replicó Abbigail.
_¿Qué? -Liam le tomaba el pulso.
_Ha intentando abusar de Rouse, y le ha pegado, mira su labio. -Me señaló y me escondí en mi pelo, avergonzada. Liam se levantó hasta estar a mi lado y me levantó la cara tirando de mi barbilla.
_¿Estás bien?
_S-sí... Ju...Kevin me ayudó. -Liam dirigió su mirada hacia Justin.
_Eres grande bro. -Él le dedicó una mueca sonriente. Volvió a mirar a Jack. -Tantos años y todavía no le conocía. -Negó con la cabeza. Suspiró y fue al lado de Abbigail, dandole un romantico beso en la frente que me hizo sonreír.

Narra Justin

Bajamos a la llanura de la montaña, un lugar mucho más seguro y cerca de nuestras motos, alejandonos de Jack y de su repulsivo olor a Whisky.

_¿Qué ocurrió con Adam? -Susurró Abbigail. Liam le dio un codazo, dirigiendo hipsofacto su mirada hacia mí.
_¿Adam? -Curioseó Rouse. Liam se llevó una mano a la frente, negando con la cabeza.
_Podrías haber esperado a preguntar eso, ¿no? -Le replicó Liam a Gail.
_¿Quien es Adam? -Insistió Rouse.

*[“_¿Jessi? -La llamé. -¿Jessi, donde estás? -Abrí la puerta que daba a la habitación de Liam, buscandola.

Nada.

_Jessi no tiene gracia, sal ya. -Mi voz se tensó. En el silencio de la casa, se escucharon pasos detrás de mí. Todo mi cuerpo se estremeció. El gatillo de una pistola resonó por todo el pasillo. El sollozo de una niña. Una puerta abriendose. Una silla de ruedas. Jessi. Amordazada, lloraba. Pies, manos, cuerdas.

_¡Jessi! -Corrí hacia ella cuando un disparo atravesó la pared. Mi cuerpo cayó al suelo, con las manos en la cabeza. Jessi gritaba ahogada por esa mordaza. El hombre que la llevaba en silla de ruedas acababa de abandonar el lugar.

_Qué, Beasley, ¿quieres ver como la hermanita de tu mejor amigo muere, o prefieres morir tú por ella? -Un voz familiar llenó mis oídos de su repugnante sonido. Apreté mi mandíbula.

_¿Por qué haces esto Adam? -Escupí.

_Porque es divertido ver como alguien tan bully como tú llora como una nena.

_No vas a ver nunca eso. -Los ojos de Jessi se abrieron como platos y comenzó a moverse. Había alguien más. Miré tras el rabillo de mi ojo. Liam se acercaba a paso lento y silencioso. Jessi calló.

_¿Seguro? -Su voz estaba mucho más cerca de lo que pensaba. -Ay, ay, Kevin... Qué poco conoces lo que le pasa a los que se meten con la gente de Adam. -No contesté. Volvió a preparar su gatillo y presionó su pistola contra mi sien. -Aun estás a tiempo Kevin. Pide perdón y te mataré. Pero sigue creciendote, y tu muerte será lenta y dolorosa. -Jessi lloraba con más fuerza.

_Antes prefiero que me atravieses de cabeza a pies. -Dejé salir, con ira. Adam se agachó hasta quedar cerca de mi oído.

_Nunca debiste haberle hecho eso a Oscar. -Dijo, refiriendose a la paliza que días antes, su hermano Oscar se había ganado tras intentar robarnos y abusar de Jessi, la hermana de Liam.

_Nunca deberías haber secuestrado a Jessi. -Él rió irónico.

_¿De verdad? Si yo te aprecio Beasley, podríamos formar un buen equipo. -Volví a mirar por mi rabillo. Liam sacaba una rara barra de hierro de su espalda.-¿Qué me dices? Tu pides perdón, y ella muere. -Jessi ahogó un grito de nuevo. -Pero podrás estar de nuestro lado. Tu vida por la suya. Es un buen trato Kevin. ¿No crees?

_Tu vida por la nuestra. -Susurró Liam a sus espaldas. Acto seguido levantó la barra de hierro, estampandola contra su sien, dejándole completamente K.O., tendido en el suelo. Me levanté lo más rapidamente posible, asegurandome que vivía y que no iba a levantarse. Su pulso seguía ahí. Él dormía profundamente.

_Eso va a dolerle mañana. -Anuncié. Fui al lado de Liam, que desataba nervioso a Jessi. Le ayudé con los pies, mientras él terminaba de desatarle las manos y le quitaba la mordaza. Jessi se abalanzó sobre su hermano. Lloraba desconsolada en los brazos de Liam. Corrí hacia el arma de Adam, asegurandome que nadie más salía de entre esas puertas. Risas. Se escucharon risas. Liam se giró hipsofacto, con Jessi todavía en brazos.-Detrás de mí. -Liam cogió de la mano a su hermana, haciendome caso, cuando apareció el hombre que había llevado a Jessi al medio de la escena, hablando por teléfono. Su móvil cayó contra el suelo cuando preparé el gatillo entre ceja y ceja de su rostro. -Largate. -Susurré.

Y como una bala, desapareció en cuestión de segundos, escondiendose tras una de las puertas. Le lancé el arma a Liam, el cual la escondió en su espalda, y cubriendonos, salimos de aquel tugurio el cual jamás deberíamos haber pisado.”]*

Rouse apretaba con fuerza a Gail, la cual ya estaba curada de espanto.

_¿Como pudiste hacer eso? -Susurró.
_¿El qué? -Pregunté, confundido.
_Apuntar a alguien con una pistola. -Los ojos de Liam se abrieron.
_Iban a matarles, Rouse. ¡A Kevin y a mi hermana! ¿Qué querías que hiciera?
_¡No debió rebajarse a su nivel!
_Rouse... -Intenté decir.
_No, lo hiciste.
_Rouse, escuchame. -Sus ojos se humedecieron. -Nunca he matado a nadie. Nunca voy a hacerlo. Nunca he disparado una jodida arma. No soy así. -Ella negaba con su cabeza, mientras su labio inferior temblaba. Liam susurraba algo en el oído de Abbigail.
_Chicos, nosotros nos vamos. Os vemos ahora en casa. -Miré a Gail, asintiendo con mi cabeza, segundos antes de que entrelazaran sus manos y desaparecieran entre los arbustos. Dirigí mi mirada hacia sus ojos, los cuales apartaron mi mirada.

_Vamos, Rouse. Creeme, jamás haría algo así. Tan solo quería deshacerme de él. La hermana de Liam estaba a segundos de morir, ¿tan dificil es de entender?
_¿Como sé que un día no se te cruzarán los cables y esa pistola apuntará hacia mí?-Una lágrima bailó sobre su mejilla.
_¿¡Qué!? -Abrí mucho los ojos. -¡No! Nunca haría eso, ¿que te pasa por esa cabeza?
_No conocía a este Justin. -Mi corazón se quebró.
_A veces la realidad choca, Rouse.
_Acabo de conocerte y ya has revolucionado todo mi ser, haciendome hacer cosas que jamás pensé. Provocandome sensaciones que ni la primavera. Y sin embargo, sigo aquí. Acabo de enterarme de que casi le disparas a un tipo entre ceja y ceja, y todavía no me he ido.
_No, no iba a hacerlo. -Insistí. Me acerqué a ella. Dio unos pasos hacia atrás.
_Y no se si estoy haciendo lo correcto.
_No temas. -Ella seguía retrocediendo, hasta aproximarse demasiado a la cuesta de tierra.

Un paso más, y caería.

Dí una zancada, un momento antes de que su pie volviese a ir hacia atrás, tambaleando su cuerpo, el cual agarré por su cintura, acercandolo a mí.

_No digas que no cuidaré de ti. No temas nunca, a ti sería a la última persona a la que podría hacer el más mínimo daño. Creeme cuando te digo que jamás he sostenido un arma y he disparado. Jamás. No soy así. -Me acerqué a su rostro. Y sentí, por su respiración, su corazón latir rapidamente. -Acabas de entrar en mi vida y en cuestión de un mes ya te has convertido en todo lo que había deseado. -Dije antes de presionar mis labios contra los suyos. Intentó separarse de mí, pero mi mano envolvió su nuca, apretandola más a mi cuerpo, y cedió. Su cuerpo se relajó y correspondió mis besos. Sus brazos se aferraron a mi cuerpo, pasandolos por debajo de mis hombros, abrazandolo. Mis manos bajaron a su cintura, acercandola.
_No vuelvas a dejarme sola. -Susurró, dando dulces besos sobre mis labios.
_No podría separarme de ti ahora que te tengo.
_Te quiero, Justin. -Sus manos agarraron mi rostro, para besarme con pasión. Mi cuerpo comenzaba a calentarse, y la ropa comenzaba a sobrar.
_Yo también te quiero pequeña. -Susurré, dejando a nuestras lenguas luchar entre ellas, acariciandoe suavemente, haciendo nudos entre ellas, mordiendo mis labios, lamiendo las comisuras. Su respiración se agitó y apreté su trasero contra mi parte baja. Ella lo notó y gimió. Mi cabeza comenzaba a volar y mi cuerpo pedía sed de ella. Mi mano fue a parar a su espalda, desnuda debido al top que llevaba, por debajo de su chaqueta de cuero. Ella tiró de la evilla de mi pantalón, haciendo que mi cadera chocara contra la suya. Y también Jerry. Así llamaba yo a mis partes íntimas. Volvió a devorar mis labios, con más fuerza y deseo esta vez, tirando de mi cabello y haciendo que sintiera como si fuese a explotar en ese mismo momento. Ataqué su cuello con mis labios y dientes.
_Justin... -Susurró, entrecortada. - Justin... -Apretó mis brazos.
_Hmnm...
_Deberíamos ir yendonos a casa de G-Gail... -Abrió su boca, inhalando una gran bocanada de aire, estremeciendose ante mi mano bajo sus pantalones, acariciando su trasero justo cuando mis dientes se clavaron en su cuello, arrastrando su piel hacia mí.
_No quiero ir.
_Se preocuparán.
_Que les jodan.
_¿Y si continuamos esto en la cama? -Mi corazón dio un vuelco. Reí. Me relajé, separando de ella y tomando su mano.
_Nena, ¿sabes algo? -Ella ladeó su cabeza, confusa. -Soy un chico acostumbrado a este tipo de cosas. Alcohol, fiestas, adicción, dinero, sangre e incluso chicas. -Bajó su cabeza, pero tiré de su barbilla, volviendola a levantar. -Y sé que todo esto es nuevo para ti.
_Pero a mí me gusta... -Volví a reír.
_Y también se que es la primera vez que vives este tipo de cosas. -Fue a hablar, pero la interrumpí. -Y que todo es nuevo para ti. Increíble, extraño, impactante, alocado quizás. Pero a veces hasta el mejor, se tambalea. A veces, hasta el más rapido afloja la velocidad. Hasta el más grande, se vuelve pequeño. A veces hasta el más fuerte, se siente derrotado. Pero hay una cosa especial, que solo algunos pueden llegar a sentir. Esto, Rouse. -Puse su mano en mi corazón. -Cuando esto te pide que vayas despacio. Eso es algo que pocas personas pueden alcanzar. Y es la máxima cima que nadie podría llegar a escalar. Ese momento en que tu vida es la velocidad y la adrenalina, y sientes el enorme deseo de parar el mundo. Parar el mundo porque aunque estuviese siete vidas a tu lado, jamás me cansaría de admirar cada uno de tus detalles, y de tus defectos. Parar el mundo para tumbarme a tu lado y contar cada uno de tus lunares. Parar el mundo para saber de memoria cada una de tus sonrisas, y de tus enfados, y conocer cada una de tus lágrimas. Ponerle nombre a cada risa que se escapa de tu boca. Parar el mundo, para demostrarte, que no me importa esperar cien años, si detrás de cada batalla, tú me esperas.

El trayecto a casa fue tranquilo, con sus brazos aferrados a mi abdomen y una sonrisa permanente en sus labios que hacían que el mismo cielo tuviese envidia y el mejor artista quisiera robar la obra de arte que significaba para mí su felicidad.

Tocamos el timbre varias veces, pues nadie contestaba. Al tercer timbrazo, Liam nos recibió, en calzoncillos, sin preocuparse por tapar su erección.

_Hola chicos. -Y con las mismas, se fue de nuevo escaleras arriba, rascandose la espalda. Estallé en carcajadas ante el rostro de horror de Rouse.
_Ni que nunca hubieses visto a un chico en calzoncillos. -Reí. Ella se ruborizó y bajó su cabeza. Mi risa se cortó. -¿Rouse? -Ella escondió su rostro tras su pelo. -¿En serio? -Ella afirmó con su cabeza, asintiendo. -¿Tú nunca...? -Negó. Mis ojos se abrieron. -Vaya... -Rasqué mi nuca.
_¿Es un problema?
_¿Eh? No, no. Para nada. Me parece genial tonta. Pocas chicas como tú en este mundo. -Entré en casa de Abbigail, haciendole pasar a ella y cerrando la puerta detrás de mí. Ella sonrió, y bostezó.

Narra Rouse

Miré mi reloj, las 2:30 marcaban. Juraría que era más pronto. Subimos la escalera, con nuestras manos entrelazadas, y él abrió una puerta dejando ver una habitación, oscura debido a la noche. Justin encendió la lámpara de una de las de mesitas, dandole algo de vida a la habitación. Mis mejillas se encendieron cuando avisté en la mesita una caja de preservativos. Justin rió.

_Oh, Abbigail... -Me ruboricé.
_Es así. -Él la metió en uno de los cajones de la mesita. Se sentó en la cama, dejandose caer hacia atrás, soltando un gemido de satisfacción al estirarse. Yo reí, sentandome a su lado. Él me miró y tiró de mí, tumbandome con él, y pasó uno de sus brazos por mi tripa. Su mano acarició mi rostro y nuestras miradas se encontraron, haciendo saltar chispas que encendieron mi corazón, haciendolo arder.

_Eres tan bella... -Susurró mirándome a los ojos.
_No lo soy.
_Las princesas te envidiarán.
_No lo hacen. -Él rió.
_Y tan vergonzosa... -Se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta.
_¿Adónde vas? -Pregunté, confusa.
_A llamar a Liam, vamos a dormir bien esta noche. -Me lanzó una bolsa con algo dentro. Olía muy fuerte. Y lo reconocí. Abrí los ojos, pero un deseo de curiosidad recorrió mi cuerpo. Me mordí los labios. ¿Pero qué coño, Rouse?

A los pocos segundos, entraron Abbigail, con un pijama muy corto, rojo, y Liam, esta vez vestido con unos pantalones de chandal largos, y Justin, el cual se había deshecho de su camiseta. Abbigail me sonrió y se tiró encima mía, jugando.

_¡Me aplastas! ¡Ouch! -Me quejé, ante su rodilla clavada en mi tripa. Ella reía con fuerza. Se levantó y se sentó en la cama, a mi lado, observando como Justin y Liam hacian su trabajo. Una vez todo estuvo hecho, Liam se sentó al lado de Gail, y Justin cerca mío. Encendieron aquello, desprendiendo un olor que entró por todo mi cuerpo. Momentos después, Liam se lo tendió a Abbigail, la cual lo enganchó entre sus labios con facilidad. Yo abría mucho los ojos, tensa. Justin me miró y ladeó su cabeza.

_Yo.. yo no sé fumar eso. -Susurré. Él rió con ternura. Le dio una calada, larga, extensa, y densa. Agarró mi cara entre sus manos y junto ambos labios, pasandome el humo cargado de aquella sustancia nueva para mí. Mi garganta sintió ardor y mis pulmones se llenaron. Mi cuerpo se relajó y saboreé aquello durante unos segundos. Le sonreí. -Me gusta.
_Esta es mi chica. -Los cuatro rieron ante mi nuevo paso hacia su mundo, del cual sabía, que cada vez me costaría más volver a mi vida normal. Pero, que le jodan a lo demás. Estoy aquí para vivir el presente, y ¿sabéis qué? Que soy feliz. Más feliz de lo que nunca he sido. Y me gusta.


Soy exactamente como quiero ser.






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Muchísimas gracias por estar a mi lado en estos momentos, no demasiado buenos para mí. Pero prometo que todo volverá pronto a la normalidad.
Os quiero más que a mi vida.

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1 comentario:

  1. Por fin termine de leer :) y me encanta tu novela , es genial de verdad , espero el siguiente con ansia :) XOXO

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