domingo, 26 de mayo de 2013

♥ El último pétalo ~ Capítulos 17 & 18 ♥

Capítulo 17
Siguiente clase; historia.
El sitio de Justin, vacío.
Siguiente clase; latín.
¿Justin?
Siguiente clase; biología.
Recreo.
Y nada de él.

Suspiro tras supiro, mirada tras mirada. En segundos, ya estaba fuera del instituto. Que los alumnos de bachillerato pudiesen salir a la hora del recreo era genial. Gail encendió un cigarro con el mechero de uno de los chicos que pasaba por alli, y la miré de reojo.

_¿Desde cuando fumas?-Le pregunté extrañada. Ella se encogió de hombros y sonrió.
_Me apetece.
_Pues trae. -Le quité un cigarrillo del paquete que volvió a guardar en segundos. Palpé mis bolsillos en busca de fuego y gruñí. -Joder. -El sonido de un mechero encendiendose en mil chispas llamó mi atención justo delante de mis ojos. Él. Mi cigarrillo encendiendose de un color rojizo, al igual que mis mejillas. Su mirada se clavó en lo más profundo de mis ojos. Tanto, que me produjo escalofrios. Una mirada que aguantó diez segundos antes de marchar, con su camiseta de mangas cortas azul oscuro y sus pantalones ceñidos. Diez segundos que me bastaron para colarme dentro de él y saber que Abbigail había tenido razón desde el principio. Que sus ojos color miel ya no eran dulces. Que ahora se tornaron oscuros y tan profundos, que el abismo asustaba. Su mano tensa, ante mí, y ese iris que brillaba, expresivo. Tensa y temblorosa al mismo tiempo. Sujetando algo más que un simple favor. Sujetando en sus manos un sentimiento que estaba a punto de romper contra el suelo en mil pedazos, y que no volvería. Por mucho que te disculpes ante un espejo roto e intentes reconstruirlo, nunca volverá a mostrarte la misma imagen. Perfecta, exacta, inconfundible. Los sentimientos no son más que frágiles figuras de cristal, y si las quiebras, poco a poco irá iniciando su descenso, hasta que la realidad recoja su forma en pedacitos irreconstruibles. Le tendí el cigarro a Gail, que ahora tenía dos. Me miró confusa.

_Justin... -Susurré, apenas inaudible. Pero suficiente para que su cuerpo quedáse esático ante mí. Ladeó su cabeza, observandome desde el rabillo del ojo. Abbigail miraba inexpresiva un punto fijo entre ambos. Tres pasos y ya estaba a su lado. Él cerró sus ojos ante el tacto de mis dedos en su brazo. -¿Adónde vas?
_No lo sé. - Contestó, con una voz ronca.
_Tienes que saberlo. -Giré mi cabeza hacia la de Gail, que me hizo un gesto antes de volver a entrar en el instituto.
_Pues no lo sé, ¿vale?
_¿Qué te pasa?
_¿Que te pasó a ti ayer, Rouse? -Su voz tajante casi cortó mi frase. -Pasamos la noche juntos, te lo doy todo, te defiendo delante del que era uno de mis mejores amigos... ¿Sabes lo que él podría haberte hecho? -Mi estomago se encogió. -Jack no es buena gente. Puede que yo nunca haya disparado un arma -miró a su alrededor, y bajó la voz-, pero él sí. Y ha estado más veces en comisaria que en su propia casa -apretó su mandíbula-. Y te tenía en el suelo como un jodido trapo. Y siempre la lleva con él. -Hizo el gesto de apretar un gatillo, y mi piel se erizó. -Te defendí, y le dejé inservible para unos cuantos días. Te llevé al lugar más importante para mí desde que estoy aquí tan solo para decirte una jodida mierda. Y tú me dices que eres “una más”. Es decir, ¿realmente te consideras una de esas guarras a las que tengo comiendo de mi mano? ¿De verdad? Pensaba que te valorabas más. Yo jamás trataría como a una princesa a alguien de usar y tirar.

Como una princesa.
Princesa...

_¿Una mierda? ¿Es que el hecho de querer a alguien para ti es una mierda? -Le repliqué, con el estómago en un nudo irresoluble.
_No. -Cortó. -Es una mierda querer a alguien y que no valore todo lo que haces. -Me miró fijamente a los ojos, y bajé mi mirada avergonzada. ¿Qué podía contestarle? Sabía perfectamente quien llevaba la razón.

Silencio.

_Y todo simplemente por qué ella me vio en calzoncillos.-Rió. Realmente parecía chistoso.
_No.
_¿No? ¿Entonces por qué? ¿Acaso Gail me miró? -Lanzó, con ironía.
_Es que no quiero que nadie más que yo te conozca de esa manera. -Su expresión se relajó y sus ojos se entrecerraron. Suspiró y sus brazos se aferraron a mi espalda. Mi corazón se aceleró ante su abrazo.
_Tonta... -Besó mi pelo, y pude notar que había sonreído. Sonreí con él y tomó mi mano. Tiró de mí.
_¿Adónde vas? -Repetí.
_Adónde vamos. -Corrigió. Sonrió. Morí. -Ven conmigo.

En pocos segundos estabamos encima de Baffy, rumbo a una dirección desconocida. Mis brazos se aferraban a su abdomen firmemente, mientras él sujetaba los mangos de su moto con seguridad y una sonrisa oculta tras su casco. Aceleraba, aflojaba, aceleraba, y mi vida con él. Nervios que recorrían mi cuerpo de cabeza a pies y ese nudo en la garganta que aparece cuando estas a punto de llorar. ¿Se podía llorar de amor? ¿Por qué no? Este sentimiento apretaba tanto mi corazón que ni siquiera lo dudé.

El motor de Baffy se relajó, y el viento cesó. Justin plantó sus pies en el suelo a la espera de que yo bajase. Y realmente no entendía nada; un montón de hierba y de árboles era lo único que veía. Él guardó los cascos con una sonrisa pícara.

_¿Qué es...-Me interrumpió con un 'Shhht' y su dedo índice en los labios.
_Te van a oír. -Susurró, entre risas.
_¿Qué? ¿Quién? Si aquí solo hay árboles.
_No... Hay muchas cosas. -Volvió a susurrar. - Ven aquí. -Me cogió de la mano, colocandose a hurtadillas delante de mí, cosa que me hizo reír, a lo que él volvió a mandarme a callar. Fruncí el ceño. -Este es un lugar... mágico. -Abrió mucho los ojos y asintió, y por el temblor de sus labios supe que estaba aguantando la risa.
_¿Qué? -Levanté una ceja. -¿Por qué mágico? -Sonreí.
_¿Tú crees en las hadas? -Preguntó, imitando a Peter Pan, con su perfecta sonrisa en la boca.
_Eh...
_Yo sí. ¿Y tú?
_Pues... está bien.También creo en las... hadas. -Fruncí el ceño, confusa. Él rió, haciendo pequeños sus profundos ojos, que volvían a ser de un miel muy dulce.
_Este es un lugar donde las cosas se hacen realidad. Como en las películas. -Dió dos pasos, colocandose cual ninja. Tapé mi boca, para no reír.
_¿Y tú quieres ser un ninja?
_Nena, por favor. Ya lo soy. -Se indignó, moviendo el cuello rapidamente. Sonreí, dejando escapar una silenciosa risa. -Ven. -Me tomó de la mano y andamos unos minutos. Unos dos minutos después, un claro de bosque se presentó ante nosotros.Y más allá, un acantilado. Agua. ¿Agua?

_Ahora cierra los ojos. -Le hice caso, con una sonrisa en los labios. El Sol se coló entre rama y rama, calentando mi rostro con sus rayos. Mi piel se erizó ante el calor.
Él en mi espalda.Sus manos sobre las mías, alargandolas a los extremos, de modo que mi cuerpo quedó en forma de “ T ”. Él besó mi cuello y sonrió. -¿Quieres ver como realmente es mágico? -Seguía susurrando. Asentí con mi cabeza.

_Sí. -Me ruboricé. Acababa de entrar en su juego.

_Pide un deseo, en voz alta. Yo también lo haré. A la de tres.

Uno.
Dos.
Y...

_¡Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado! -Gritamos a coro. Mis ojos se abrieron de golpe. ¿Qué coño..?

_¿Pero como has sabido...?

_Yo no fuí, fueron ellas. Pero todavía no nos han escuchado. Acercate más allí. -Me señaló justo donde el Sol se posaba, cerca del borde del acantilado, a unos cuatro o cinco pasos. Sentí el vértigo por mi interior. -Ahora. A la de tres. No me falles.

Uno.
Dos.
Tres.

_¡Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado! -Volvimos a gritar, más fuerte.

Nuestro eco resonó por cada rincón de aquel paisaje, y segundos después, un sonido comenzó a hacerse más y más grande. ¿Alguna vez habeis escuchado a un buho? Pues algo parecido inundó el lugar, y con él, el viento, que zarandeó los árboles, súmandose al sonido. Justin imitó el sonido de los buhos, y estos le contestaron más fuerte. Los pequeños pájaros que dormían en los árboles alzaron su vuelo por encima de nosotros. Tan cerca, que Justin agachó mi cabeza entre risas. El viento removió las olas, haciendo que rompiesen justo debajo nuestro, saltando sus pequeñas gotas casi a nuestros pies.

_Ahora sí que están aquí. -Susurró en mi oído. Mi boca, entreabierta. Mi mente, viajaba. Observaba ese momento mágico, guardando en ella cada detalle. Mis ojos se humedecieron mientras el viento zarandeaba mi pelo, haciendome cerrar los ojos. -Piensa que puedes volar. -Sostuvo mis brazos.

_¿Cómo? -Reí, con los ojos cerrados.

_Piensalo. Piensa para ti misma que estás volando, que tus brazos son tus alas, que los míos son el impulso que te ayudará a despegar. Piensalo, cuando el viento azote tu cara. -Él acarició mis brazos, colocando sus manos en mis muñecas

Y no pude evitar recordar el final de esa nota que papá me dejó.

Recuérdame tal y como yo te recordaré a ti; lo más importante de mi vida, y cuida de mamá. Aunque siempre estéis peleando, te quiere con toda su alma.
Jamás olvides que estaré eternamente en tu corazón, y que si alguna vez me echas de menos, abre la ventana y cierra los ojos. Pon tu mano en tu corazón. Si una brisa de aire azota tus mejillas, seré yo en ese mismo instante.
Nunca te des por vencida, y si hay algo que desees en la vida, lucha por ello hasta que el cuerpo aguante. Nunca me falles. Persigue tus sueños, y hazlos realidad. Esté donde esté, estaré orgulloso de ti.
Te quiere, papá.”

Si una brisa de aire azota tus mejillas, seré yo en ese mismo instante.

Seré yo en ese mismo instante...

Y juro que lo hice. Despegué hacia un estado desconocido para mí. Amor, que dió vida a mis alas. Papá, que despegó mis pies del suelo como cada vez que mis piernas flaqueaban antes de marchar. Justin, que impulsó mi vuelo hacia el país de nunca jamás. De nunca jamás separarme de su lado. Miles de flashes comenzaron a inundar mi mente desde que llegué a Los Angeles hasta este justo momento, iniciando el vuelo de mi vida. Abriendo mi mente y mi corazón. Sonriendo como nunca. Lágrimas de felicidad.

Quien dijo que las cosas sucedían por algo, tenía demasiada razón.
Gracias papá, por dar tu vida por la mía.

_Princesa..-Susurró, a mi lado. Quédate siempre conmigo. Quiéreme. Amáme como si la vida se te fuese en ello. Yo recogeré día tras día los pedacitos de tu corazón. Y los guardaré en el mío, antes de tirar la llave al mar ante tus ojos.

_Lo haré siempre. Desde este momento, hasta el final del mundo.

Capítulo 18

Mientras tanto en el instituto...

_Abbigail. -Llamó una voz grave y ronca, firme. El jefe de estudios. Ella se giró y confusa, se acercó.
_¿Sí?
_¿Dónde está la señorita Risbourn? -Miró una extraña lista. -Rouse Risbourn. -Abbigail tragó saliva y intentó parecer lo más formal posible.
_No lo sé. -El jefe de estudios le miró por encima de sus gafas, enganchadas a su cuello por una pequeña cuerda roja. Suspiró y volvió su vista hacia la lista.
_Las he visto salir juntas a la hora del recreo. Usted volvió pero Risbourn no. No se lo preguntaré de nuevo. Dónde. Está. Rouse.
_No lo sé. -Insistió, firme.
_Bien, venga conmigo. -Él cogió su brazo con fuerza y tiró de ella. Abbigail se quejó; le había hecho daño.
_¿Adónde?
_Adónde yo diga.
_Suélteme. -Ella tiró de su brazo, alzando la voz. Lo que llamó la atención de Marshall: aquel nuevo profesor de filosofía, que miró de reojo la escena.
_Abbigail Lawrence. Usted va a venir a dirección conmigo. Llamaremos a su casa, está cubriendo la escapada de su amiga, y eso es una falta demasiado grave como para dejarla pasar.
_Perdone, señor. -La sexy voz de Marshall inundó los oídos de Abbigail. -Disculpe, he escuchado su conversacion. Yo me encargaré de hacer el parte de la señorita, vaya usted a seguir con sus asuntos, meramente importantes, estoy seguro. Estoy de guardia ahora, no tengo nada especial que hacer. -El jefe de estudios le miró durante unos segundos.
_Buenos días. -Se despidió.

Abbigail apretaba su brazo con fuerza; realmente le dolía. Miró a Marshall de arriba a abajo, mordiendose inconscientemente el labio. Marshall le miró a los ojos.

_Así que tu eres Abbigail. -Ella asintió. -He leído tu cuestionario. -Abbigail tragó saliva, nerviosa. Marshall le sonrió. -Pareces buena chica. -Marshall miró a su alrededor. -¿Dónde está Rouse realmente?
_Ha salido... Ha salido con un chico. -Gail bajó su vista.
_Es algo grave escaparse del instituto, ¿lo sabiais? -Ella asintió con su cabeza. -Mira, Abbigail, esta vez voy a cubriros, porque no me gusta nada ese jefe de estudios vuestro. Pero si me pillan a mí, me caerá toda la mierda. -Profundizó en el “toda”, abriendo las manos. - Os pido porfavor, y si ella estuviese aquí se lo pediría a ella, que no volváis a hacer este tipo de cosas. Yo también he sido joven y lo he hecho, claro que sí. -Rió, una corta carcajada. - Pero la experiencia es sabia. -Apoyó su mano en el hombro de Abbigail y se despidió. -Ahora ves a clase, que llegas tarde. Nos vemos mañana. -Y desapareció escaleras abajo. Abbigail sacó su teléfono móvil y comenzó a teclear algo a Rouse.

-Tía, vas a flipar. Vuelve al insti.
Abbigail.

Enviado.



Narra Rouse

Mi móvil vibró en el momento en que sus labios estaban a punto de rozar los míos de nuevo, pero con el mismo deseo que el primero.

Mensaje de Abbigail.
Tía, vas a flipar. Vuelve al insti.

Mi estomago se revolvió. Los nervios volvieron a inundarme.
_¿Rouse? -Justin se dió cuenta.

Para Abbigail.
¿Qué ha pasado?

Mensaje de Abbigail.
El jefe de estudios te ha pillado, pero Marshall nos ha cubrido.
Vuelve antes de que se de cuenta el jefe.

_Mierda, Justin. Mierda, mierda. -Toqué mi frente, cerrando los ojos. -Eddy me ha pillado.
_¿El jefe de estudios? -Él me miró, con una interrogación en sus ojos. Él me conducía de nuevo a la salida del bosque.
_Sí, pero el profesor de filosofía nuevo nos ha cubrido. -Me mordí el labio. -Justin, me van a pillar. Como se entere mi madre estoy muerta. -La preocupación se mostró en mi rostro.
_Tranquila, tranquila. Te sacaré de aquí.

Y pasaron diez minutos. Y no había salida.

_Joder. -Murmuró Justin.
_Ya hemos pasado por aquí tres veces. He visto ese asqueroso pajaro muerto dos veces más. -Comencé a morderme las uñas.
_Rouse, no me presiones, ¿quieres? -Él resopló.
_Justin... -Susurré. -¿Te has perdido? -Él me miró a los ojos fijamente. El sonido de una rama se escuchó a nuestras espaldas. Él giró su cabeza a la velocidad de la luz. Le imité.

_Vaya, qué bonito. La parejita en su nidito de amor.

Jack. Un gatillo. Mi corazón a punto de desbocarse.

Justin apretó su mandíbula, y sus puños, colocandome detrás suya.

_Me hiciste daño, Kevin... Mucho daño. -Masculló Jack.¿Por qué coño siempre aparecía de la nada?
_Suelta la pistola Jack. -Le ordenó Justin.
_Suelta la pistola Jack. -Le imitó, burlandose. -¿Qué pasa Beasley, que ahora tienes miedo? Después de estar a punto de matarme con tus propias y sucias manos, ¿tienes miedo? -Soltó una pequeña carcajada. - Y pensar que eramos amigos. O mejor... y pensar que una zorra nos enemistó. -Justin apretó sus puños, más si se pudiese.
_No me recuerdes a tu madre.
_Yo de ti bajaría esos humos Kevin. Siempre has sido el gallito del grupo. Pero... ¿qué pasa en una pelea de gallos? A veces el fuerte se derrumba. -Rió. Sus ojos estaban hundidos. Llevaba algo en su interior. Sus ojos estaban rojos, e hinchados.
_Vamos, mírate, habla el gallo que no sabe ser valiente sin una pistola en la mano y droga en el cuerpo. Te aplaudo, Jack. -Escupí. Justin giró su cabeza, lanzandome una mirada que no conocía hasta ahora. Mi movil volvió a vibrar. Jack estalló en carcajadas y levantó su arma, apuntando hacia mí. Justin se puso delante.
_Cierra la jodida boca o te vuelo la cabeza, perra. -Escupió al suelo, mostrando su desprecio.
_No creo que sea buena idea, Jacob. - Justin le desafió, llamándole por su nombre, sabiendo lo mucho que le enfurecia.
_¿Ah, no? -Apretó su mandíbula y colocó su pierna derecha un paso atrás, un segundo antes de que Justin se lanzáse sobre él. Llevé mis manos a mi boca, sin saber qué hacer.

Todo sucedió demasiado rápido, y un disparo inundó mis oídos, haciendome gritar. Un segundo atrás, él me había salvado del disparo que Jack propulsó contra mí. Abrí mucho los ojos, observando a donde había llegado ese disparo. Y ví sangre. Y escuché a Jack gritar como nunca había gritado. Y llevarse sus manos a su pierna izquierda. Y comprendí que el hecho de haber evitado su bala, Justin había hecho que fuese hacia él mismo. Justin se alzó rapidamente, marcando con su movil a la vez que apuntaba a la cabeza de Jack con la pistola de éste. Mi corazón latía tan rápido, que mi cuerpo se desvaneció en el suelo, sentandome, sin poder ni siquiera abrir los ojos. Había visto mi vida pasar ante mí en cuestión de décimas y no podía creer que él, ese chico sangrando en el suelo y gritando, sujetando su pierna débil y atravesada por su propio veneno, fuese el mismo que me recibió aquel primer día de instituto. Las cosas avanzaban a pasos de gigante, y todo se me empezaba a hacer enorme.

+Tío, ya ha caído.
+No, no está muerto.
+Joder, que no, tan solo tiene un disparo en la pierna.
+Sí.
+Sí joder, sí, la tiraré. -Justin posó su pie sobre el pecho de Jack, que intentó levantarse, y volvió a apuntarle.

Por favor, oxígeno.

+Al lado del árbol caído. Justo en frente hay uno, el más grande, y tiene marcas rosas en sus hojas.
+Sí, justo ahí. Exacto.
+Está bien, te lo dejaré aquí. Haz que se pudra en la cárcel de una vez por todas. -Miró con desprecio al que meses atrás, había sido de sus mejores amigos. Y el cual ahora, estaba a punto de emprender una nueva vida. Entre rejas.


Colgó su teléfono móvil y se acercó a mí. Se agachó.

_Rouse... -Le miré fijamente. Mis labios estaban inmóbiles. Sudor caía por mi frente.
_Lo has hecho.
_¿Qué?
_Le has disparado a alguien. -Mi labio inferior temblaba.
_¡Vamos, Rouse! Él iba a matarte, joder. -Alzó la voz, elevando sus manos. Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, sollozando. -No, no... Vamos pequeña, tranquila. -Me abrazó. - Tan solo estás asustada. -Dejé caer mi cabeza en su pecho, aferrandome a su camiseta azul oscuro con mis manos, apretandola. Su mano acariciaba mi espalda, susurrandome un leve 'shht', calmando mis nervios, que no cesaban. Pocos segundos después, apareció Liam, junto a un hombre de uniforme. Justin se levantó y tiró de mi mano. Liam me miró y bajó su mirada. Negó con la cabeza.

_Esto iba a pasar Kevin. -Anunció Liam. -Iba a vengarse de la paliza del sábado. -Liam se agachó junto a Jack, el que le miraba con aires de súplica, sin poder mover sus extremidades. La sangre era abundante. El hombre de uniforme intervino, atando un pañuelo a su pierna, cortando la circulación.

_Pues le ha salido mal. -Entrelazó su mano con la mía y comenzó a andar.

_Kevin. -Le llamó Liam. -Deshazte de ella. -Le lanzó la pistola qe él había dejado caer al abrazarme. Justin asintió con la cabeza

Siguiendo los pasos que ellos habían dejado en la tierra, llegando hasta Baffy. Mi cuerpo seguía estático, sin habla. En poco tiempo estabamos de nuevo en el instituto. Jusitn no bajó de la moto. Le miré, inexpresiva, con los ojos hinchados debido a las lágrimas que no querían parar de escapar.

_Ve tú, yo tengo que hacer cosas.
_¿Qué cosas? Dejame ir contigo.
_No, Rouse. No quiero que tu madre se entere de esto. Tan solo tengo que deshacerme del arma, tiene mis huellas. -Cerré los ojos, recordando.
_Pero, si él vive, qué más da.
_Tiene un puto tiro en la pierna, casi se desangra. ¿De verdad da igual? -Bajé mi cabeza, asombrada por la forma en que me hablaba. -Oye.. Lo siento. Siento que haya tenido que terminar así la mañana. Quédate con lo bueno, él no merece que le recuerdes.
_No importa. -Susurré, volviendo a recoger mis lágrimas con el dorso de mi mano.
_No quiero verte llorar Rouse. Recuerda que a partir de ahora, eres mía. Eres mi princesa, y pienso cuidarte y protegerte de todo. Jamás volverá a molestarnos. Te lo prometo nena. -Besó mi frente, con su mano en mi espalda. -Ahora ve, mucha suerte. Estaré aquí para recogerte.
_Te quiero, Justin.
_Yo también te quiero tonta. -Volvió a colocarse el casco, y se marchó. Miré la reja del instituto, y comencé a pensar en como saltaría aquello tan alto. Suspiré.

Narra Justin

Me aferré a Baffy y flashes comenzaron a azotar mi cabeza. Ella, y su cigarrillo, enganchado por mi culpa. Una princesita de diecisiete años, enamorada de quien no debió. Su mano aferrada a mi brazo.

Una cuesta.

Magia. Hadas.

Sonreí.

¡Quiero pasar el resto de mi vida contigo!”

Alas que se alzaban, surcando un cielo que nosotros mismos estabamos dibujando. Escribiendo en un libro que perduraría en el tiempo hasta el último suspiro de mi corazón.

Una curva. Setencientos metros. Y mi cabeza en mil pensamientos.
Justin, afloja...

Un hijo de puta. A punta de pistola. Jack.

Quinientos metros...Camiones

Sangre, sus lágrimas.

Cien metros. 140 km/h... .

Apreté mi mandíbula, apretando así también los mangos de la moto, alzando la vista. Una curva ante mí. Mis ojos se abrieron. Sentí el miedo correr por mis venas. Sentí mi vida tambalearse ante mí. Sentí sus lágrimas en mi corazón. A cincuenta metros del golpe, ya no había nada que hacer. Su voz retumbó en mi cabeza. Justin, ¡salta! Me decía. ¡Deja la moto, Justin! Y mi destino cada vez más cerca. Escuché sus sollozos en mi cabeza.


_Te amo... -Susurré, sintiendo hervir mis lágrimas por mis mejillas, en el momento justo en que mis manos soltaron los mangos de mi moto, intentando sin éxito girar en aquella curva que a punto estuvo de consumir mi vida, deshaciendose contra aquel camión de carril contrario en mil pedazos. Mi cuerpo, tan débil como una simple muñeca de trapo, tendido en el suelo. Sentí el dolor recorrerme de cabeza a pies. Y olí la sangre que por algún lugar de mi ser estaba comenzando a correr. Mis ojos pesados. Y lo único que desee en ese momento fue dormir, antes de que todo se tornase negro ante mí.




P.D2:  Justin NO HA MUERTONo sufráis, estará bien. Él no va a morir ♥

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P.D: Tardé porque decidí subir más de golpe; estamos a las 100 paginas de la novela chicas... Y parece que fue ayer.


Mi twitter: @xMrsBelieve


Os quiero muchísimo princesas.

3 comentarios:

  1. Lo siento por no comentarte estos días,pero entre estudios,más novelas por leer,más estudios,cosas que tengo que hacer y demás,se me hizo totalmente imposible comentarte,lo siento de verdad.
    Te juro que creía que había muerto,pero cuando he leído que no va a morir te juro que me devolviste la vida.No sé que fuera pasado si fuera muerto,no quiero que se muera.
    Pues me encanta como extiendes la novela,es decir,que con cualquier frase puedes sacar millones de ideas.Y tu inspiración me sorprende,y te digo de verdad,han sido pocas (incluyendo ahora la tuya) que he visto tanta inspiración,me encanta.
    Y Justin...bueno,Justin es irresistible,pero de chico malo lo es aún más *-*
    Y bueno,Rouse es un personaje fantástico que está conociendo otra vida,eso es lo que le da también vida a la novela.
    Pues enserio,me encanta y quiero que sigas haciendo más y más capítulos.Porque ya me he enganchado a tu novela :)
    Y sube cuando puedas :)
    ¡Siguiente!
    Soy Justinselavalanna Swag On You :)

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  2. Menos mal que eres buena y no nos dejas con la intriga .
    Casi me da algo -.- , espero que no este muy mal pobrecito.
    Espero el siguiente :) , tu novela simplemente me encanta ;)
    XOXO

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  3. Me encanta tu novela en serio sube capitulo pronto por favor que si no me mataras de la intriga de que pasa con justin.
    besos<3
    PD.me encantaria k te pasaras por mi novelas para que me dieras tu opinion
    http://dreamtoliveandliveyourdreams.blogspot.com.es/
    http://msstylesonedirection.blogspot.com.es/
    gracias<3

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